sábado, 3 de noviembre de 2012

De secuestro a extorsión, la PGJE ubica a dama desaparecida en un hotel de La Paz



Gabriel Meza

El miedo se apoderó de la ciudad de La Paz, el jueves 25 de octubre. En un hecho inusitado en la capital  del Estado, supuestamente, un grupo de personas ingresó a un  local comercial y se llevó a una empleada. Según testigos, se trataría de un secuestro efectuado a plena luz del día; alrededor del medio día.

A horas del extraño acontecimiento sucedido en una conocida óptica de la capital de Baja California Sur, y luego de la paranoia que se apoderó de los testigos de un supuesto secuestro en el lugar, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) resolvió el asunto hasta las 19:30 de la tarde localizando a la víctima en un hotel del centro de la urbe paceña.

Testigos afirmaron que en un cuaderno, con letra mayúscula, dejaron una amenaza para el propietario que a la letra decía “Nosotros no nos andamos con juegos, queremos la cuota completa”. Después, hicieron dos llamadas pidiendo el monto antes descrito y advirtiendo al dueño que lo vigilaban. El novio también fue mencionado en la misiva encontrado sobre el mostrador de la tienda.

La explicación de los agentes de Investigación de la Policía Ministerial confirma la versión de la mujer, quien recibió una llamada al medio día advirtiendo que su familia era vigilada y por tal motivo tendría que obedecer las indicaciones.

La persona del sexo femenino, llamada “Iris” según las autoridades fue víctima de extorsión telefónica y por temor siguió las amenazas de los criminales.

Según la PGJE, la engañada dejó su trabajo por órdenes de los malhechores. Acudió a distintas tiendas para recargar su celular y seguir con la charla de sus timadores quienes le solicitaban 30 mil pesos y no 100 mil, como decían los testigos en un principio. La dependencia no habló de una carta-amenaza dirigida al novio o dueño del establecimiento.

Los presuntos extorsionadores, también le pidieron nombres, domicilios e información personal de sus familiares, a lo que accedió por temor a que les sucediera algo grave.

Después, le ordenaron que se dirigiera a un hotel, solicitara una habitación y no contestara llamadas telefónicas, y así lo hizo. La Policía Ministerial comenzó un operativo en todos los hoteles de la ciudad, encontrando a la mujer; las autoridades desecharon la versión de que fuera un secuestro.

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