Joaquín Villaseñor,
veterinario y habitante de Mexicali, fue testigo de la problemática cuando
visitó la isla para efectuar una campaña de esterilización por el número elevado
de perros ferales, los cuales, junto a la caza furtiva, están acabando con el
venado de rostro blanco.
Ciudadanos organizados lanzan una alerta
ambiental en la Isla de Cedros, Baja California. La razón principal es la
dramática disminución del venado bura de cedros (Odocoileus hemionus),
especie endémica, que llegó a los 15 ejemplares en el último monitoreo.
Con la participación de nueve
personas, se creó el Comité “S.O.S Isla de Cedros” y su primer paso fue
contactar a instancias gubernamentales o privadas para “que volteen
a ver y ayuden con ideas concretas que ayuden la protección de la flora y fauna
del lugar”.
Otra especie amenazada,
también única, es el conejo matorralero de Cedros, especie a amenazada
por la introducción de animales foráneos como el gato, que se ha convertido en
un problema en su feral y que habita en la sierra y punta norte de la isla.
Al veterinario le preocupa la
reciente importación del conejo de Nueva Zelanda, plaga difícil de erradicar en
Australia y que acabó con especies de ese país. “No hay un gobierno que
trabaje en una regulación que `prohíba la reproducción de
animales”, lamentó.
Isla de Cedros tiene una
elevación máxima de 1,205 msnm en el Monte Cedros. La vegetación desértica
prevalece en las partes bajas de la isla, mientras que en las cumbres elevadas
crecen pinos y enebros (güata).
Una de las áreas importantes
para la obtención de agua potable, es el aguaje de Vargas, en donde se
encontraron contenedores oxidados con aceites que podrían dañar la zona. La
responsabilidad del Aguaje es del CESPE (Ensenada) y parece ya removieron los
tambos. “Es necesario el desarrollo de programas agresivos de concientización,
educación, control de población animal, prohibición de la introducción de
especies no nativas de la Isla”, expresó.
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