Giovanny Carlos Díaz
Un día diferente para el trabajo del reportero habitual. La cita
fue dentro del Centro de Reinserción Social de La Paz, donde ya nos aguardaba
la persona que ha sido señalada por diversas autoridades como autor material de
la muerte del joven abogado, que tuvo lugar hace algunos años en nuestra ciudad
capital, pero que, a decir de su familia y abogados, no existen las pruebas
contundentes sobre su responsabilidad en los hechos que se le imputan.
La mañana del pasado 26 de febrero de 2013, acudimos a una cita
con el joven Daniel Sánchez Ávila, quien, a pesar de la prueba que en este
momento le ha puesto la vida, sigue conservando la sonrisa en su rostro, no
porque sea feliz dentro del penal, en donde aguarda la buena noticia que le
asegure su pronta libertad, sino porque ha podido adaptarse a las difíciles
condiciones que implica estar interno en un centro como este, en el que se
convive con todo tipo de personas, responsables de diferentes crímenes, pues no
separan a los internos según los delitos por los que ingresan.
Aunque nunca tuve la oportunidad de conocer a este joven en
condiciones distintas a las actuales, el primer momento de nuestra entrevista
empezó con una sonrisa por el gusto de recibir la visita de su padre y de este
reportero.
El joven mostró claridad al narrar los procesos de adaptación que
ha vivido, lo qué ha pensado y los planes que tiene para su próximo futuro, el
cual ve lejos del CERESO de La Paz.
En nuestro diálogo inicial con Daniel Sánchez Ávila, el joven
habló del primer día que llegó al Centro de Reinserción Social y de lo
desubicado que se sintió, pues, a decir de él mismo, nunca creyó que la vida le
pusiera esta dura prueba, de la cual espera salir airoso, demostrando su
inocencia en el caso “Jonathan”. Comentó también que, desde el momento de su
aprensión, siempre se le había informado que sólo sería requerido para llevar a
cabo una confesión sobre los hechos que tuvieron lugar en el Bar “Las
Micheladas” en marzo de 2010, sucesos que derivaran en su supuesta
culpabilidad, misma que, hasta este momento, no acepta, y sigue firme
manifestando su inocencia.
Comentó Sánchez Ávila que prefiere evitar hablar del proceso de
arraigo, no obstante, explica que han sido tiempos difíciles para él y su
familia.
"A mi llegada me sentí desubicado, no sentía que fuera a mí a
quien le estuviera pasando esto […] Aquí la vida es difícil, tienes el desgaste
emocional y físico, y el pendiente de cómo estará tu familia allá afuera. Yo
tengo que estar en algunos talleres para poder distraerme y que la
desesperación no llegue a mí, porque a veces siento que los días corren lentos y
prefiero mantenerme ocupado para no caer en el estrés de mi liberación”, señaló
Sánchez Ávila.
Respecto al proceso de adaptación que ha vivido dentro del penal,
señaló que ha sido un poco difícil, pero no imposible, ya que, como en todos
lugares, "a veces hay peleas entre internos, o debes saber con quién andar
para no meterte en problemas, y los mismos custodios no te cataloguen como una
persona problemática”, puntualizó, y dijo que, dentro del penal, lleva una
relación de amistad con los internos, a quienes, en ocasiones, la misma
desesperación por la libertad los une en sus pláticas.
Agregó que, hasta el momento, los mismos internos han mostrado un
trato digno hacia él, puesto que muchos han confiado en su inocencia y se ha
sabido ganar el respeto de los demás, brindando un poco de lo que tiene y de lo
que su misma familia le lleva.
En relación al tema central de la muerte del Jonathan, Sánchez
Ávila es firme y reiterativo: “soy inocente y esta es una prueba de la que voy
a aprender, pero mi inocencia no debe de estar en duda y confío en salir pronto
de aquí con la frente en alto”, comentó.
Además de lo antes relatado, Daniel Sánchez fue claro al decir
que: “hay personas que están aquí y que están conscientes de los años que
purgarán por los delitos que cometieron
porque se reconocen culpables, pero, en mi caso, ha sido difícil que,
siendo inocente, tenga que vivir este periodo de mi vida dentro de una celda”,
detalló.
Durante la plática, Daniel aprovechó para pedir al Gobernador del
Estado, Lic. Marcos Covarrubias Villaseñor, que reciba a su padre en entrevista
privada, y le solicitó, de una manera respetuosa, que revise el expediente del
proceso que se le sigue, para que así, el propio Gobernador, pueda conocer de
cerca su caso, pues un inocente, como aseguró Daniel, vive lo que no debería
vivir dentro de un centro penitenciario.
Por último, señaló que es cierta la frase que dice que en el
hospital y la cárcel se conoce a los amigos, pues, a decir del propio Daniel,
hay a quienes, a raíz de su detención, no ha visto durante los horarios de
visita, pero reconoció que los familiares y amigos que siempre están al
pendiente de él, son los suficientes para poder llevar este proceso tan cansado
de la mejor manera.
Agregó que, en cuanto tenga la oportunidad de gozar de su
libertad, pretende recuperar el tiempo perdido y ayudar a sus padres a levantar
el negocio de la familia, el cual, a raíz de su detención, ha sido descuidado
por la falta de ánimos de sus padres al ver a su hijo interno, además de que
era el propio Daniel el encargado de llevar ese negocio por el buen camino.
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