domingo, 23 de septiembre de 2012

Los olvidados del sistema; una historia sin conocer



Gabriel Meza

Rostros sin nombre; personas que perdieron su identidad mientras buscaban oportunidades de progreso, de mejoramiento. El “chemo” (pegamento industrial) es la base de esta sociedad. Son los olvidados, quienes para burlar el hambre prefieren viajar por el valle de otras realidades; algunas veces un viaje sin retorno. Tal es la quimera a su inmundicia. Es el alimento para su esencia... y que evolucionará a una ausencia de nuestras historias. No importa, vale la pena…

Se  trata de Sebastián Vizcaíno; allí habitan los abandonados del sistema, seres que no encontraron una oportunidad en Baja California Sur y no pudieron regresar a sus estados de origen. Prefirieron seguir viajando entre basura —término que también se aplica para calificarlos—. Los “tahualilas” (nombre despectivo que utilizan en la entidad para describirlos) se unen para conseguir unos pesos y así poder comprar un poco de resistol a fin de inhalar felicidad. Vinieron a trabajar, pero no consiguieron nada.

Todas las tardes se les puede ver con una botella; sentados sobre montículos y, en varias ocasiones, tratados como criminales: peor que animales, incluso se convierten en un espectáculo para los lugareños. “Ahí van los chuntaros”, gritan.  Para muchos son la oscuridad que cayó sobre esa comunidad. Y es que tienen que volver a la “civilización” a conseguir el dinero para mantener su vicio; a veces tienen que robar cuando les es negada una moneda con la cual consiguen un poco de bienestar, proveniente del solvente amarillo.

El efecto es rápido, después de unos minutos de aspirado empieza un periodo de ligereza y euforia, así como de alteraciones del lenguaje, debilidad muscular, oscilación involuntaria de los ojos, delirios y ocasionalmente alucinaciones con conductas alteradas.

Tímidos, viejos y jóvenes muestran asombro por el interés de un fotógrafo quien toma algunas imágenes de estos. Han robado, mendigado; aunque también han sido víctimas de brutales agresiones por parte de agentes policiales. Ninguno se atreve a decir su nombre. Desconfían. Son cerca de 20 personas habitando en el basurero a merced de innumerables enfermedades. Este grupo de gente es una clara evidencia de cómo sigue olvidado el municipio de Mulegé; y pese a ello, el gobierno de Baja California Sur ostenta el tercer lugar en desarrollo humano, según lo señala la Investigación en Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En Guerrero Negro, la drogadicción y la violencia van en aumento. Los programas de los tres niveles de gobierno no alcanzan. Esto es un claro ejemplo de la necesidad de sacar adelante políticas públicas, sociales y reales, que no sólo sean un parche momentáneo a la realidad... una realidad que sí existe y que muchas veces ignoramos.

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