Gabriel Meza
Los Cardones pretendía dejar
atrás la imagen negativa de Paredones Amarillos – que por sí sólo se creó
– que después se convertiría en Concordia. No lo logró. Su equipo fue incapaz
de maquillar un fragmento de la antigua manifestación de impacto
ambiental en la página II-214 se logra leer como dieron copy-paste al
texto del antiguo documento presentado cuando el proyecto
era Paredones Amarillos. Sí, Paredones Amarillos:
“[…] Como condición de pago se
les pedirá evidencia de su cumplimiento. Dado que no se manejarán sustancias de
alto riesgo en el proceso del proyecto minero-metalúrgico Paredones
Amarillos, no se contempla establecer un plan conjunto de contingencias con los
proveedores”, reza el polémico fragmento.
La práctica común de
“revolcar” proyectos –ya sean inmobiliarios o mineros – es una
tendencia común en México. Por lo general los inversionistas – ante la
presión social – “replantean” su intención de desarrollar, los vuelven
“sustentables”. Este nefasto síntoma que busca engañar a las
instituciones quedó de manifiesto en un solo renglón con Los Cardones.
Usted juzgue, lo anterior es
parte del documento presentado a la Dirección General de Riesgo e Impacto
Ambiental (DGIRA) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(Semarnat) de la recién creada empresa Desarrollos Zapal, el día 05 de
septiembre de 2012 con número de expediente 03BS2012M0005. Los ambientalistas
por algo lo nombraron Paredones Amarillos III, estigma que será difícil dejar
atrás para una compañía que intenta excavar en la zona de amortiguamiento como
lo establece el plan de manejo de la Reserva de la Biósfera de Sierra La
Laguna.
Los Pericúes –quien supliría a
Cabo Cortés cerca de Cabo Pulmo – fue otro proyecto que fue retirado por las
similitudes con su predecesor. Esta es la primera vez que un proyecto
comete – por lo menos en Baja California Sur – un error que los deja al
descubierto. Garrafal equivocación que ya es comentado en las redes
sociales.
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