martes, 31 de julio de 2012

La creatividad viaja a través del tiempo. Don Héctor Villareal


Héctor Villarreal, hacedor de periódicos; pionero de la publicidad en BCS, cumple noventa años, rodeado de hijos, nietos y recuerdos. Soy un hombre feliz, satisfecho y consiente que la vida me dio todo; dice en una charla con este reportero, precisamente el día que cumplió las nueve décadas.

Jesús Chávez Jiménez

Alto, fornido. Unos ojos vivos juguetones, sencillo a más no poder. Y cuando habla analítico, reflexivo, así es don Héctor Villarreal Peña. Un hombre que entregó toda su vida al periodismo escrito. Co fundador de El Sudcaliforniano en esta ciudad de La Paz, así como de un sinnúmero de periódicos, revistas y diferentes medios en otras regiones del país.

Villarreal Peña, fue uno de los primeros publicistas en la entidad, creativo a más no poder. Se destacó como hacedor de campañas publicitarias que hicieron época, como reina por un dia, el frijolito. Entre muchas más, que dieron grandes satisfacciones y solidas ventas a  las empresas que como el Centro Comercial Californiano, hoy Chedraui, impulsaron.

El jueves 20 de Julio, cuando cumplió sus primeros noventa años, dialogo con este medio, en donde compartió acompañado de su nieto Diego Andrés Camargo Villarreal  y su hijo Héctor Villarreal Junior, trozos de esos recuerdos que anida en su mente, en donde destaca su amor a este estado, su pasión, que es la publicidad y sus meritos de haber sido cofundador junto con don Carlos Morgan Martínez, del diario El Sudcaliforniano.

La entrevista se llevó a cabo en el Restaurant El Tamarindo. Llega contento a la cita, acompañado de su nieto, ya lo esperábamos Héctor y un servidor. Después de los saludos de rigor, abrimos fuego con la entrevista 

¿Donde nació don Héctor? 
Nací en Torreón Coahuila el 20 de Julio de 1922.

¿Y cómo se incorporó al estado?
Llegue a invitación de Carlos Morgan Martínez, que me dijo que ya había un periódico instalado. Pero cuando llegue la realidad es que faltaba todo. Y nos dimos a la tarea de hacerlo de manera conjunta. Empecé en esto, el mes de mayo de 1970.

En este momento, recuerdo que un año después de que llegó don Hector a El Sudcaliforniano, en 1971 este reportero llegó a La Paz, a reportar las ventas de este diario en ciudad Insurgentes y vi como don Carlos y don Héctor, con sus propias manos revelaban los negativos en una charola, para después plasmarlos en una lamina y así imprimir esa portada.

Cuando le comentó eso a don Héctor, asienta con la cabeza y recuerda esos pasajes que vivió en los pininos de ese periódico. Y añade: Me tocaba cada semana ir a Mazatlán a comprar papel para elaborar el periódico. Lo hacíamos en una prensa plana, la primera, que se adquirió.

¿Cuáles fueron las sedes de ese periódico don Héctor?
Mira, la primera fue en Belisario Domínguez e Hidalgo. De 1975 a 1980 en Isabel la Católica y 16 de septiembre. Y de ese tiempo a la fecha en Constitución en donde se encuentra hasta la fecha. Este lugar lo adquirí, en común acuerdo con don Carlos.

¿Cuáles fueron las estrategias que usaron para que el periódico creciera?
Responde con mucha seguridad: Primero fue la venta. Y para ello, llamamos a un grupo numeroso de niños,  y jóvenes a los que enseñamos a vender. Fueron como mis hijos, porque los defendía de sus fechorías, los sacaba de la cárcel, los llevaba a la playa, al cine. Los teníamos contentos. Y ellos nos ayudaban a vender. Vendíamos mucho periódico. Y poco a poco este fue creciendo, porque lo distribuíamos en todo el estado. En ventas, no teníamos competencia. Y eso se debió a que tratábamos bien a los voceadores.

¿Algo más se hizo?
Si, por los años ochenta y también de común acuerdo con don Carlos, se incorporó como socio el señor Guillermo Ruffo, hoy finado. Y lo hicimos para que el periódico creciera. Y en 1990, llegó un grupo de políticos que nos compraron el periódico. Una historia ya conocida por todos

Don Héctor ¿en que basa su éxito en la vida?, hábleme de ello, por favor
Te lo voy a decir con mucha claridad. Soy cristiano. Creo en Dios. Y esto me dio fuerza para todo. Más en mi enfermedad, porque después de la venta de El Sudcaliforniano entre en una etapa de enfermedades. Y ahí, la fe en Dios, las oraciones y el respaldo de mis hermanos y el pastor, pude salir adelante. Cuando dice esto, don Héctor se emociona y recuerda pasajes de su enfermedad, cuando en la misma sala de operaciones el Pastor oraba con todo el vigor para que la operación saliera sin contratiempos. Fue usted un destacado publicista en todos los periódicos donde laboró, coménteme sus experiencias. Mira, lo más importante en esto, es la creatividad. Y no rendirse. Recuerdo que la primera publicidad que vendí, fue para el CCC. El señor Guillermo Ruffo, se resistía a cómprame un cuarto de plana. Pero cuando salió, la publicidad tuvo tanto éxito, que después eran planas completas. Así, nacieron las campañas, reina por un día, frijolito. Y muchas más. La reina por un día, consistía en poner ofertas en un área de la tienda y se rotaban todos los departamentos. Y la del frijolito era poner un papel en el frijol y cuando aparecía en las bolsas que compraban los clientes, había descuentos. O se regalaba otro kilo. Fueron un éxito, sostiene.

Es evidente que el paso de los años, no ha mermado el carácter amable de don Héctor. Bromea con sus hijos, con sus nietos. Toma la vida con gran tranquilidad. Asimila los golpes con mucha filosofía. Y ese día, precisamente el de su cumpleaños, se lastimo la cabeza al caerse cuando se bañaba. Y con mucha resignación nos mostró su curación. Mira-dice- mi alcancía.

Así es don Héctor Villarreal, el hombre de la  guayabera blanca, inconfundible. Un hombre que piensa en voz alta, frente al reportero que lo entrevista, para decir: Le doy gracias a Dios, porque el día de hoy estoy cumpliendo mis noventa años. Y espero que después me siga conservando  con vida y bendiciones.

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