jueves, 30 de mayo de 2013

Ingresa denuncia contra agentes ministeriales por abuso de poder

Gabriel Meza

El abogado Sergio Calderón Agúndez, defensor de Fernando Alfonso Méndez Gómez, ingresó la denuncia LPZ/AMP6/382/2013 contra la presunta agresión de su cliente ante el Ministerio Público número 6, en turno, el pasado sábado 18 de mayo. 

Indicó que se remitirá al área de Delitos contra Servidores Públicos, donde espera se dé causa al hecho que lesionó al joven con esquirlas de bala en brazo, abdomen y pierna.

Hasta el momento –expresó– las amenazas “se calmaron”. Reveló que espera se autoricen los exámenes correspondientes de radiografía para observar si aún tiene en su cuerpo restos del proyectil que disparó uno de los agentes de la Policía Ministerial durante el interrogatorio.

El litigante espera que realmente se haga justicia y “que estos policías, que cometieron el delito, los inhabiliten o manden a la escuela para que hagan mejor su trabajo”.

El domingo pasado, a Méndez Gómez le fue girada una orden de presentación por los elementos para investigar un robo con violencia. Juan, hermano de la víctima, le avisó a Fernando que la Policía Ministerial lo buscaba. Sin temer, él se dirigió con los elementos que lo esperaban en su domicilio, en Ampliación Jardines del Sur.

Lo que no sabía es que ya lo esperaban y querían que confesara, por medio de los golpes, un delito que –él asegura– no cometió. 

Este no el único caso al que se le acusa a la Policía Ministerial de tortura. La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) emitió la recomendación CEDHBCS-VG-REC- 04/13 por la "detención arbitraria, retención ilegal, violación al derecho al trato digno, tortura, incomunicación, lesiones, amenazas, intimidación y ejercicio indebido de la función pública en agravio de Norma Zavala Avilés, Trinidad Murillo Lucero, el menor Pedro Antonio Méndez Markham, César López López y Salvador Jaime Méndez Sánchez".

En el extenso archivo son señaladas irregularidades. “Fueron objetos de abuso de autoridad por parte de los Agentes Aprehensores, quienes no les permitieron realizar llamada telefónica alguna”, lo mismo que ocurrió con Méndez Gómez.

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