sábado, 5 de mayo de 2012

Ángeles con causa en La Paz


  • Una historia   para contarse
  • Gran ejemplo de vida aun en estos tiempos de crisis
 Manuel Amarillas Vanegas

Por un populoso barrio  de nuestra ciudad, me encontré con este  grupo de personas  sin rostro, pero con unas manos listas para ayudar y compartir lo que tienen.   En un principio se les llevaba despensas, pero algunos de ellos eran presa fácil del abuso de otras personas que en ocasiones les quitaban lo poco que tenían. Unen sus esfuerzos desde el primeros de de Mayo de 1995,   así  que aquí  inicia el comedor del adulto mayor  con estos objetivos.

1.- Llevar alimento al que no tiene o  no puede prepararlo por si mismo.
2.-Dar un apapacho y compañía   a esa soledad en que viven en  nombre de dios.
Como homenaje  a todos los que han colaborado a lo largo de  casi 17 años que inicio esta historia en un lugar improvisado para  cocina y utensilios prestados,   mientras se construía una cocina propia y se adquiría  un vehiculo para el transporte de los alimentos a cada domicilio de los beneficiados con este apoyo. Así que el primer día  de Mayo de 1995 empieza a operar el comedor  para 38 ancianos en desamparo y soledad, brindando el servicio elaboración y entrega de alimento caliente durante  tres días a la semana lunes, miércoles y viernes, con una gran voluntad  donde los  recursos, la materia prima se transforma en alimento por  el equipo de trabajo de la cocina.  Con muchas carencias, pero eso si con mucho ánimo ya que los recursos eran escasos, así que como todos ellos con gran amor al prójimo como son los adultos mayores en situación de desamparo y soledad.  El comedor ha tenido todo tipo de contrariedades, tiempos de crisis, enfermedad, cambio de servidores, escasez de recursos pero siempre se hace el milagro de llevar un plato de comida  caliente ininterrumpidamente por casi 17 años.   Actualmente  se da servicio  para 65 adultos mayores,  todos los días.

Esta historia es  testimonio de que   sí hay Ángeles,  son personas como usted o como yo de carne y hueso,  aunque usted no lo crea, aquí no hay poses, ni fotos para titulares de periódicos, revistas o televisión y mucho menos tintes políticos, además que  no lo están buscando.   Son solo un grupo de personas con mucha voluntad y deseos de  compartir lo  mucho o poco que tienen,   aquí cabe la frase de la madre Teresa de Calcuta que dice “No podemos hacer grandes cosas, pero si cosas pequeñas con un gran amor”.

A lo largo de todos estos años en servicio, el grupo a recibido más por  lo que hacen, por que han experimentado la providencia de Dios, cuando no han tenido nada que cocinarle a  sus viejitos, alguien toca la puerta y llega algo para hacer la comida de ese día.  Y los motiva esta bella frase “Si es de dios el proveerá”.

Como se logra este milagro de vida? con la disponibilidad de tiempo y sobre todo  un acto de amor y compresión para esta pequeña comunidad de adultos mayores, con el trabajo de un grupo de cocineras, repartidores y bienhechores   que forman todos ellos un  solo equipo  con mucha voluntad y determinados a llevar un plato de comida caliente.   Se   reúnen   recursos, entre amigos que aportan una determinada cantidad de dinero, materia prima  o suministro de desechables y  contenedores para llevar los alimentos individualmente, pero claro que hay un pero, como sucede en muchos de los hogares mexicanos el dinero no alcanza, así que hay que trabajar más para conseguir lo que falta.

Un día de cada semana la parroquia del barrio apoya con las limosnas que aportan los feligreses en apoyo al comedor, Aun con esto no alcanza,  aquí se suma a esta noble causa,  una Institución  Católica de beneficencia,  y se logra el objetivo de llevar un alimento diario a un adulto mayor a domicilio, servicio con que cuenta el comedor desde el año 2000,  esto es un logro mas de un benefactor de la causa  que dispuso de suministro de combustible y  un Vochito que por cierto ya anda en las ultimas, ya se la pasa mas tiempo en el taller  y sigue jalando de puro milagro para cumplir este noble meta día a día, con la ayuda de  chóferes de taxi y otros amigos del comedor que ayudan con sus propios vehículos a cumplir con la tarea,  que se suman voluntariamente, dando parte de su  tiempo en la entrega de los alimentos a los ancianos.

El trabajo no concluye  aquí, con muchas dificultades se logra hacer un pequeño ahorro con   la venta de escobas,  trapeadores, recolección de materiales para reciclar como  botes de aluminio, papel y cartón, de muchos de los que se suman a esta causa y reúnen estos materiales en sus casas o negocios, que se  trasladan después  para su venta en un centro de acopio que paga por ellos un mejor precio, el negocio de compra de materiales para reciclar da  al mejor precio y es su  manera de ayudar  a esta causa. 

Con este recurso se logra dar un pequeño obsequio el día de la madre, del padre y  cada fin de año cada adulto mayor tenga un regalo de navidad y la merienda especial de  navidad, para los benefactores del comedor se les hace un regalo simbólico como testimonio de agradecimiento por su ayuda a lo largo de un año.

Así que esto es la suma de benefactores, el grupo de personas  su trabajo y esfuerzo con un solo fin de llevar una comida digna caliente recién hecha, para un adulto mayor en desamparo. Para concluir esta historia comparto con ustedes una frase de una  tía  muy querida para mi familia que ya no esta entre nosotros que siempre  nos recordaba esta frase cuando tenia la oportunidad y era la ocasión “Como te ves me vi  como me vez quien sabe si te veras”.   Si la vida  le da la  oportunidad de compartir o ayudar a un adulto mayor solo hágalo,  recuerde que a lo mejor usted en el futuro podría estar en esta misma situación.

Tal y como nos decía la abuela de mis hijas  que “ la vejez era la peor enfermedad”, así que es tiempo de pensar, recapacitar en nuestra vida que estamos haciendo con ella y prepáranos para llegar a ella, si es que llegamos,  así que lo que sembremos a lo largo de nuestra vida, es lo que cosecharemos.

Un  reconocimiento especial  a todas estas personas que han hecho posible  que funcione el comedor del adulto mayor en desamparo, y concluyo esta historia de amor al prójimo con esta frase “Manos que no dais que esperáis”.   Sus comentarios a hector­_manuel_amarillas@msn.com

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