
Las caídas son un síndrome geriátrico por trastornos de la marcha que
pueden provocar lesiones, algunas de ellas mortales como fracturas de columna,
cadera y golpes en la cabeza, señaló la especialista de la Unidad de Medicina
Física y Rehabilitación Siglo XXI. Estos desórdenes afectan en promedio al 15
por ciento en la población de 60 años; se incrementa a 35 por ciento a los 70 y
a 50 después de los 80, por ello advirtió que si no son detectados y tratados a
tiempo, provocan que quienes los padecen sean cada día más dependientes y
pierdan funcionalidad en sus actividades cotidianas.
Lupercio Morales explicó que una marcha se considera normal cuando es
independiente (no se necesitan auxiliares para caminar) y hay factores que
permiten completar su ciclo, como el no claudicar (cojear), alternar de manera
rítmica piernas y brazos, mantener erecto el tronco y la cabeza muy al centro,
tener movilidad de cadera y rodillas.
Los adultos mayores, por el proceso natural de envejecimiento,
presentan deterioro en el sistema músculo esquelético y neurológico, lo que
provoca que las articulaciones sean más rígidas, los músculos se tiendan a
encoger o a acortarse con consecuentes contracturas y alteraciones de la
sensibilidad, detalló.
También
en este periodo se tiende a la inactividad, por lo que los músculos se atrofian
y van perdiendo equilibrio y coordinación, lo que provoca alteraciones de la
marcha. Al no caminar, pasan más tiempo sentados, requieren más ayuda o dejan
de hacer actividades como desplazarse dentro de su casa, explicó.
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