martes, 31 de julio de 2012

Detienen a pescadores ilegales en Cabo Pulmo

Trataban de cazar a especies protegidas como la tortuga Carey

Gabriel Meza

Las prácticas ilegales no paran por completo en el Parque Nacional Cabo Pulmo. Y es que autoridades ambientales detuvieron a personas realizando actos en contra especies protegidas como la tortuga Carey (Eretmochelys imbricata).Con el apoyo de inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (PROFEPA), con miembros del Programa de Vigilancia Comunitaria y Policía Municipal, pescadores fueron atrapados en el momento que traían consigo al animal, así como artes de pesca ilegal para uso en esa zona de exclusión. 

No es la primera vez que sucede algo como eso. Sólo por mencionar un caso, en 2009 Una embarcación menor fue retenida de manera precautoria por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), al encontrarse pescando dentro del perímetro del área natural protegida Parque Nacional Cabo Pulmo.

La pesca ilegal  ocurre en todas partes e incluye una serie de actividades ilícitas: pescar sin permiso fuera de temporada; utilizar artes de pesca proscritas; no respetar las cuotas de captura; y no declarar o dar información falsa sobre el peso y las especies de la captura. En Baja California Sur, con una población cercana a los 600 mil habitantes, operan más de cien pescadores furtivos, lo que colocaría a la entidad sudcaliforniana (guardando las proporciones de densidad demográfica), entre los primeros lugares a nivel nacional, con el mayor índice de pescadores furtivos. Aunque con los años, acción entre la sociedad y autoridades, ha disminuido considerablemente las estadísticas.

Durante recorrido de vigilancia terrestre y monitoreo de tortuga marina en el Parque Nacional Cabo Pulmo, personal del Área Protegida detectó a dos personas en la playa Miramar, dentro de los límites de área natural protegida, así como diferentes artes de pesca que incluían un chinchorro de 60 metros de longitud, una hawaiana de tres puntas, así como varias redes de pesca conocidas como atarrayas.

Como resultado los oficiales de ley paralizaron a Juan García Álvarez y C. Aristarco Muñoz Leyva presuntos pescadores furtivos quienes dijeron ser propietarios del chinchorro a quienes se procedió a poner a disposición del Ministerio Público Federal en San Lucas, interponiendo formal denuncia penal por parte del Área Protegida para dar inicio a las averiguaciones previas correspondientes.

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