martes, 18 de junio de 2013

Se manifiestan en sala de espera del CERESO por supuesto despojo de tierras

Gabriel Meza

La tranquilidad de la sala de espera del Centro de Rehabilitación Social (Cereso) fue interrumpida. Una posible injusticia volvió a fraguar una manifestación contra el sistema judicial: una protesta a favor de la liberación de Saúl Iván Sánchez Camarilla.

El acusado fue detenido el pasado sábado 8 de junio sin una orden expresa por agentes de la Policía Ministerial. Su esposa de 29 años y su hijo de apenas siete meses fueron testigos. Capturado en San Pedro, se le acusó por un aparente despojo en contra de un empresario del ramo hotelero: Mateo Park Venet.

Josefa Sánchez Cota, tía del recluido, niega tal cosa. Con desesperación, la mujer mostró las escrituras de sus tierras. “Por más de 70 años hemos vivido ahí”, subrayó mientras mostraba un puñado de hojas: sus escrituras.

Se trata de un predio de 500 hectáreas localizado en la playa El Coyote, zona perfecta para el desarrollo inmobiliario. “Perteneció a mis padres, ahora a mis hermanos. Vemos con tristeza la desatención de las autoridades locales; no es posible que cualquier americano con dólares llegue y diga: aquí me gusta', busque a cualquier magistrado o especialista en la materia y logre despojarnos”, expresó desesperada.

El dueño –asegura doña Josefa– tiene escrituras de un predio ubicado al norte de Santo Domingo, frente a playas del Pacífico y con esos documentos, Eulogio Verdugo Perpully (conocido por llevar el caso de Daniel Sánchez, presunto homicida del joven Jonathan Hernández Ascencio) giró orden de aprehensión y calificó el delito a Sánchez Camarilla como grave, es decir, sin derecho a fianza.
“Con ese documento quieren invadirnos”, señaló la afectada, quien reitera que la denuncia está fuera de lugar por despojo.

Mientras ella hablaba, un altavoz en la parte más alta del recinto emitió la voz gangosa y aguda de un oficial, mencionando a Saúl Iván Sánchez Camarilla. Él estaba tras las rejillas hablando con sus dos abogados. Su familia comenzaba a desenrollar cartulinas, aunque un policía les pidió que no lo hicieran.

En los carteles de colores fosforescentes se leían consignas en contra el magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado, Daniel Gallo Rodríguez y el controvertido juez, Verdugo Perpully.

No es la primera vez que la familia Sánchez Cota es molestada por tan valiosa franja de tierra. Su hermano, difunto hace unos años, fue víctima de atropellos por parte de la Policía Ministerial. En dos ocasiones han intentado quedarse con su rancho.

Al notar la corrupción existente, doña Josefa reveló que tendrán que acudir a cortes internacionales para solicitar ayuda. Analizan acercarse al Tratado de Estambul y demostrar, de una vez por todas, la certeza de sus tierras, heredadas por el abuelo: Gerardo Sánchez, proveniente del Recodo, Sinaloa, hace 70 años.

Culpan de atentar con su familia a su propio tío Agustín Juárez, “quien se ha empecinado en hacernos daño, al igual que Ramón Cota Rochín” para apartarlos de lo que les pertenece. “Si quieren mis tierras, podemos negociar pero tienen que pagar”, finalizó la desesperada mujer.

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